Hallan más de 100 grabados del Paleolítico Superior en una cueva del Alto Tajo

Las investigaciones que la Universidad de Alcalá (UAH) está llevando a cabo en la cueva de Los Casares en la Riba de Saelices han desvelado más de 100 representaciones gráficas grabadas adicionales a las que describieron Juan Cabré y su hija, María Encarnación, en los años 30 del siglo pasado, en la primera sala, conocida como Seno A, además de contextualizar cronológicamente las ocupaciones de los homo sapiens que realizaron esos grabados y pinturas en el Paleolítico Superior, entre hace 19.000 y 14.000 años, en el conocido como periodo Magdaleniense.

La cueva de Los Casares es la cavidad con grabados paleolíticos más importante del centro peninsular, declarada Monumento Nacional en 1934, y una de las más relevantes de Europa. Se trata de uno de los tres yacimientos arqueológicos visitables que existen en la provincia de Guadalajara, junto con el sitio visigodo de Recópolis en Zorita de los Canes y el castro celtibérico “El Ceremeño”, en Herrería. Ahora, gracias a las campañas arqueológicas que vienen desarrollándose desde 2014, cuenta con nuevas herramientas y grafías que mostrar a sus visitantes y en un futuro no muy lejano, podrá contar, además, una historia mucho más completa sobre las distintas fases de ocupación de la cueva, entre el Paleolítico Medio y Superior, que comprenden las últimas poblaciones de neandertales en el centro de la Península Ibérica, hace unos 43.000 o 44.000 años antes del presente, y los primeros homo sapiens, de en torno a unos 30.000 o 32.000 años atrás, así como el clima, la vegetación o la fauna que existía en estos periodos.

El equipo del Área de Prehistoria de la UAH, capitaneado por los profesores y arqueólogos José Javier Alcolea y Manuel Alcaraz, regresará al interior de la cueva para abordar la fase final de estas investigaciones, en una nueva campaña que tendrá lugar en septiembre u octubre.

A pesar de su importancia, esta cavidad, era hasta ahora un yacimiento muy poco estudiado. Antes de las investigaciones de la UAH, sólo se habían abordado dos intervenciones: la primera, se corresponde con la que llevaron a cabo Juan Cabré y su hija en los años 30 del siglo XX, que desveló la existencia del conjunto de grabados y pinturas rupestres, y la más reciente se remontaba a la década de los 60, cuando la Universidad de Zaragoza, bajo la dirección de los profesores Antonio Beltrán e Ignacio Bandiarán, realizó varias excavaciones en la entrada y en el seno A. Unos trabajos que, además de desenterrar niveles y materiales de época medieval y de la prehistoria reciente, sacaron a la luz un asentamiento más antiguo que las pinturas y grabados rupestres, relacionado con las sociedades neandertales del Paleolítico Medio. En estas campañas se encontraron utensilios tallados en piedra, junto con restos óseos de herbívoros y carnívoros, así como un hueso metacarpiano perteneciente a un neandertal.

 “La cueva de Los Casares, posiblemente por sus condicionamientos geográficos, por estar en un sitio remoto, ha sido un lugar que prácticamente no se ha estudiado y cuando se ha hecho, por diversos problemas, no se ha llegado a explotar cientifícamente los resultados, como ocurrió con las investigaciones de la Universidad de Zaragoza de los 60 del siglo pasado, cuando teóricamente se hizo un estudio del arte rupestre que nunca llegó a publicarse. Nosotros creemos que, en un periodo de cuatro o cinco años, podremos hacer una publicación global de la cueva que la deje en el lugar que se merece desde el punto de vista patrimonial y científico”, valora Alcolea / LEER NOTICIA COMPLETA

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