Movilización vecinal contra el proyecto de cinco macrogranjas avícolas en el valle del río Mesa

La plataforma ciudadana denuncia el impacto ambiental en una zona protegida y pide paralizar la iniciativa que afectaría a un enclave de alto valor ecológico y turístico

La pequeña localidad de Maranchón, en la provincia de Guadalajara y cercana al límite entre Castilla-La Mancha y Castilla y León, se encuentra en el centro de una creciente polémica por el proyecto de instalación de cinco granjas avícolas intensivas, promovidas por un grupo empresarial alemán. La iniciativa ha provocado el rechazo de una parte importante de la población local, que se ha agrupado en la Plataforma para la Defensa del Valle y Hoces del Mesa para intentar frenar su ejecución.

Las instalaciones se proyectan en un entorno declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y perteneciente a la Red Natura 2000, en el valle del río Mesa, considerado un ecosistema frágil y de alto valor ambiental. La plataforma alerta del riesgo que suponen estos proyectos para la biodiversidad y el equilibrio ecológico de la zona.

El modelo industrial frente al patrimonio natural

Según Pedro García, portavoz de la plataforma y vecino de Turmiel (pedanía de Maranchón), el proyecto implicaría la cría intensiva de más de 300.000 gallinas, aunque la iniciativa esté parcelada en distintas ubicaciones. “Realmente estamos hablando de ganadería intensiva y de macrogranjas, por mucho que las disgreguen”, señala.

El colectivo ciudadano alerta del riesgo de contaminación de acuíferos, del deterioro del paisaje, de la emisión de gases y olores y del aumento del tráfico de vehículos pesados, además de afectar directamente a la zona de nidificación de aves protegidas como el buitre leonado, el águila real o el alimoche. “La tranquilidad del entorno, la calidad del aire, la pureza del agua y la ausencia de industria son claves para su supervivencia”, insisten.

El Ayuntamiento respalda el proyecto

Por su parte, el alcalde de Maranchón, Alejandro Atance, ha expresado su apoyo al proyecto, asegurando que, si se cumplen todas las exigencias medioambientales, el municipio lo ve con buenos ojos. “Somos una zona despoblada, apenas tenemos habitantes y esto significa 30 puestos de trabajo. Nos parece interesante”, explica el edil socialista.

Atance admite que existen vecinos que se oponen y asegura que todas las alegaciones se responderán, insistiendo en que el procedimiento será transparente.

Una “bomba ambiental” en una zona emblemática

Desde la Plataforma del Valle del Mesa insisten en que la iniciativa ha generado un rechazo unánime entre los habitantes. “En la reunión informativa no hubo ni un solo voto a favor”, recalca García, quien añade que la propuesta contradice un modelo de desarrollo sostenible, basado en el respeto al entorno y en el turismo de naturaleza como alternativa de futuro.

Una de las naves se proyecta junto al río Mesa, cerca de la acometida de aguas de Turmiel, lo que refuerza la preocupación de los vecinos: “Si contaminan el acuífero, afectan a toda la cuenca hasta el río Ebro”, advierten.

“Este valle es casi un santuario. Hay zonas a las que solo se llega a pie. Una de las granjas estaría a apenas un kilómetro de la zona de nidificación. Es un completo despropósito”, concluyen.

Petición de paralización inmediata

La plataforma exige la paralización del proyecto para poder evaluar su impacto de forma participativa y transparente, y subraya que “el valle nos concierne a todos”. Frente a la lógica de la ganadería industrial, defienden un modelo que preserve el patrimonio natural, cultural y turístico del entorno del Mesa, al que consideran su mayor riqueza y una oportunidad real para el desarrollo del territorio.

Comentarios